jueves, 19 de noviembre de 2009

NACE EN BULNES SECRETARIO GENERAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHILE

Carlos Contreras Labarca


Nació en Bulnes el 25 de noviembre de 1899; hijo de Pablo Contreras López y Carolina Labarca.

Se casó con Claudina Acuña Montenegro y tuvieron dos hijos: Elena y Mario.

Realizó sus estudios secundarios en el Liceo de Aplicación de Santiago. Luego de finalizar su etapa escolar, ingresó a la Universidad de Chile, donde se tituló de Abogado el 5 de Septiembre de 1924.

En el ámbito laboral, se desempeñó como abogado y secretario del 2° Juzgado del Crimen.
Más adelante, fue dirigente de la Liga de los Derechos del Hombre y consejero de la Junta de Exportación Agrícola.

Inició sus actividades políticas siendo aún estudiante. En esa época se integró al partido Comunista, donde llegó a ocupar altos cargos hasta ser su secretario general en 1931.

En 1926 fue electo diputado por la Primera Circunscripción Departamental "Pisagua y Tarapacá", período 1926 a 1930; fue proclamado por el Tribunal Calificador el 23 de abril de 1926, en lugar de Luis Alberto Cuevas, que funcionaba presuntivamente.

Posteriormente, colaboró en la promoción del Frente Popular, agrupación política de izquierda creada en 1936, de la cual llegó a ser vicepresidente nacional entre 1961 y 1965. Paralelamente, publicó el libro: "El Programa del Frente Popular debe ser realizado".

En 1937 fue elegido nuevamente diputado por la Primera Agrupación Departamental "Arica, Pisagua e Iquique", período de 1937 a 1941; participó de las Comisiones Permanentes de Constitución, Legislación y Justicia, y de la de Relaciones Exteriores y Comercio; Comisión Especial Investigadora de Irregularidades en la Explotación de las Guaneras Fiscales (1937) y Especial que estudió la racionalización de la Economía (1937-1938).

En 1941 fue electo senador por la Cuarta Agrupación Provincial "Santiago", período 1941-1949; fue parte de las Comisiones Permanentes de Constitución, Legislación y Justicia y de la de Relaciones Exteriores y Comercio. Además, integró la Comisión para estudiar compatibilidades (1941) y Comisión Mixta para estudiar descentralización administrativa (1947-1948). Sin embargo, no cumplió la totalidad de su labor como parlamentario, debido a que renunció para ocupar la cartera ministerial de Obras Públicas desde el 3 de septiembre de 1946 al 16 de abril de 1947, durante el gobierno de Gabriel González Videla.

Al aprobarse la Ley de Defensa de la Democracia que puso fuera de la ley al partido Comunista, debió ingresar a la clandestinidad, organizando el trabajo de su partido.
Derogada la ley mencionada, en el año 1958, fue electo senador en 1961 por la Novena Agrupación Provincial "Valdivia, Osorno, Llanquihue, Chiloé, Aysén y Magallanes".
Durante su período legislativo, 1961-1969, participó de las Comisiones Permanentes de Gobierno, la de Obras Públicas, la de Hacienda y Mixta para estudiar la Descentralización Administrativa.
Además, entre 1961 y 1964, fue miembro del Comité Parlamentario Comunista.

Posteriormente, el presidente Salvador Allende lo designó embajador de Chile ante la República Democrática Alemana, donde permaneció hasta después del pronunciamiento militar.

Regresó a Chile en el año 1979.

Falleció en Santiago, el 2 de Agosto de 1982.


Fuentes bibliográficas

- Anales de la República : textos constitucionales de Chile y registro de
los ciudadanos que han integrado los Poderes Ejecutivo y Legislativo desde
1810 / Luis Valencia Avaria, comp.-- 2ª. ed.-- Santiago, Chile: Editorial
Andrés Bello, 1986.-- II t. en 1 v. (paginación propia, tomo I y tomo II).
- Biografías de chilenos : miembros de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y
Judicial 1876-1973 / Armando de Ramón Folch, comp.-- Santiago, Chile :
Ediciones Universidad Católica de Chile, 1999.-- v.1.
- Diccionario biográfico de Chile / Empresa Periodística Chile, Editores.--
3ª.ed.-- Santiago, Chile: Talleres Gráficos “La Nación”, 1940.-- 1080p.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Propuesta Programática CANDIDATURA PRESIDENCIAL DE JORGE ARRATE II Parte


7 COMPROMISOS


COMPROMISO 1: Democracia plena, sin exclusión política

Construiremos una democracia que permita el acceso a espacios de representación de todos los partidos políticos, organizaciones sociales y sindicales y que favorezca la incorporación de nuevas fuerzas a una vida ciudadana activa, muy especialmente a los jóvenes.

COMPROMISO 2: Desarrollo económico para las mayorías

Impulsaremos una estrategia de desarrollo con un crecimiento económico que respete los derechos de los trabajadores, promueva la desconcentración económica y vaya de la mano con la defensa de los recursos naturales y el medioambiente.

COMPROMISO 3: Terminar la discriminación social y el abuso contra los consumidores

Derribaremos la muralla que hoy divide a los chilenos en educación, salud y la previsión mediante un sistema social, garantizado por el Estado, de la misma calidad para todas las personas. Y terminaremos con la usura que afecta a los consumidores.

COMPROMISO 4: Ampliar la protección de los derechos humanos

Persistiremos en la defensa de los derechos individuales y los ampliaremos para favorecer los derechos sociales, económicos y culturales de todas las personas, independientemente de su origen económico, social, étnico o de género. Además, consagraremos en la Constitución los derechos de las personas por sobre los derechos de propiedad.

COMPROMISO 5: Promover la diversidad cultural

Promoveremos con firmeza la diversidad cultural y la participación colectiva para desafiar el individualismo dominante y terminar con la hegemonía de un solo pensamiento en el país.

COMPROMISO 6: Integración, paz y reducción de armamentos con América Latina

Impulsaremos prioritariamente la integración con los países de la región para potenciar nuestro desarrollo, tener una presencia sólida en la economía y política mundial, favorecer la paz y evitar el armamentismo.

COMPROMISO 7: Enfrentar la crisis priorizando el empleo

Para enfrentar la crisis atacaremos el desempleo, defendiendo a los trabajadores de los despidos arbitrarios, apoyando a las pequeñas empresas y sentando las bases de un nuevo modelo económico-social que termine con el asistencialismo y asegure el equilibrio de poder entre trabajadores y empresarios.

Propuesta Programática CANDIDATURA PRESIDENCIAL DE JORGE ARRATE I Parte


CANDIDATURA PRESIDENCIAL DE JORGE ARRATE
2009-2014



7 COMPROMISOS PARA DEMOCRATIZAR CHILE
y 21 Medidas en el 1er Año de Gobierno de Jorge Arrate


Democratizar el poder

La transición hacia la democracia no ha modificado el régimen político excluyente, el modelo económico favorable a los grandes empresarios y el sistema social promotor de las desigualdades.

La institucionalidad política, económica y social fue establecida por la derecha, con las armas de Pinochet, y está consagrada en la Constitución del 80, pero la Concertación no ha tenido voluntad real de modificarla.

Nuestro proyecto se propone transformar la institucionalidad existente para derribar así las barreras económicas, sociales y políticas que dividen a los chilenos y frenan el desarrollo.

Queremos construir una democracia plena, que permita el acceso a espacios de representación de todos los partidos políticos, organizaciones sociales y sindicales y que favorezca la incorporación de nuevas fuerzas a una vida ciudadana activa, muy especialmente a los jóvenes.

Impulsaremos una estrategia de desarrollo en que el crecimiento económico vaya de la mano con los equilibrios sociales, la desconcentración productiva, la descentralización territorial, la protección de los recursos naturales y la defensa del medio ambiente.

Trabajaremos a favor de la reducción de las desigualdades sociales y regionales, para que los frutos del crecimiento económico beneficien a todos los chilenos.

Impulsaremos un nuevo tipo de Estado, con un sector público eficiente, capaz de regular el mercado adecuadamente, intervenir los monopolios y crear actividades empresariales.

Derribaremos la muralla que divide a los chilenos en la educación, salud y la previsión para construir un sistema social de la misma calidad para todos los niños, jóvenes, enfermos y adultos mayores.

Terminaremos con las discriminaciones políticas, económicas, sociales y culturales que sufren los pueblos indígenas.

Queremos una sociedad plural, donde se expresen las diversas formas de pensamiento, para que nuestros compatriotas puedan decidir libremente y sin imposiciones hegemónicas el país que desean construir.

No descansaremos hasta que la autonomía reproductiva de las mujeres se haga efectiva y se termine con la discriminación a las opciones sexuales de las personas.

Enfrentaremos decididamente toda forma de corrupción, convirtiendo el sector público en ejemplo de honestidad y terminaremos con esos peligrosos vasos comunicantes entre la política y los negocios.

Terminar con la discriminación

Para transformar el país y terminar con la división entre los chilenos es hora de hacer un giro, reponer los objetivos políticos, económicos y sociales propuestos a inicios de la transición y, por cierto, agregar los nuevos desafíos surgidos en los últimos diecinueve años.

El desafío exige una potente fuerza política de izquierda en el país, porque los partidos históricos de ese signo, miembros de la coalición de gobierno, renunciaron a la tarea transformadora que les dio origen. En segundo lugar, porque las demandas crecientes de una ciudadanía desencantada podrán encontrar allí su referente político. Y, en tercer lugar, porque la democracia se verá fortalecida con una participación y representación ciudadana que abra sus fronteras más allá delo s estrechos límites actuales.

Existen otras dos razones poderosas para la reconstrucción de la izquierda en el país y además para convertir las elecciones de diciembre en una gran jornada a favor de la transformación de Chile.

La crisis económica en curso provocará un desempleo que superará en el 2009 el sufrido a fines de los años noventa, con movilizaciones generalizadas de trabajadores, reanudación de las reivindicaciones estudiantiles y acentuadas protestas de los pequeños empresarios frente a una banca insensible. Ello pondrá en dificultades al gobierno, radicalizando al mismo tiempo el cuestionamiento a la propia institucionalidad que inventó la derecha.

Por otra parte, los vientos de cambio que recorren todos los países vecinos, en desafío al neoliberalismo y a la corrupción política, soplarán con mayor fuerza en nuestro país y marcarán la campaña electoral. Chile no es una isla y la demanda por un nuevo pensamiento y liderazgos alternativos estarán a la orden del día.

Un bloque político y social por los cambios, con un nuevo pensamiento que se haga carne en el pueblo de Chile, es tarea prioritaria para una izquierda moderna que pretenda enfrentar una transición inconclusa y transformar la institucionalidad que discrimina a la mayoría nacional.

Las próximas elecciones presidenciales son un hito para cumplir con esa tarea mayor. Un candidato único de la izquierda y una propuesta transformadora le dirán al país que existe una alternativa frente a la derecha, inventora de la institucionalidad actual, y a la Concertación, que no tuvo voluntad para cambiarla.

Nos hemos propuesto reconstruir la nación sobre la base de un nuevo trato para todos los chilenos y chilenas y un horizonte, donde las diferencias de ingreso, étnicas, sexo, edad, barrio o región no sean obstáculos para el progreso personal y familiar.

Más aún, creemos firmemente que los más débiles de nuestra sociedad, como los trabajadores, pequeños empresarios, pueblos originarios, adultos mayores, mujeres, jóvenes y niños merecen un trato preferente de parte del Estado y de toda la sociedad.

Este nuevo trato no sólo es éticamente justo y socialmente indispensable, sino también permitirá que nuestro país aproveche integralmente todas las potencialidades económicas de sus habitantes. Para ello es necesario:

Que todas las personas tengan las mismas oportunidades de participación en la vida política.

Que los niños y jóvenes se eduquen en un mismo espacio de encuentro, independientemente de su origen social, y con la misma calidad de formación.

Que el derecho a una salud digna sea realidad para todos los chilenos.

Que mujeres y hombres tengan derecho al mismo salario por igual trabajo.

Que exista efectivo respeto cultural y reconocimiento constitucional a los pueblos originarios.

Que pequeños, medianos y grandes empresarios disfruten de oportunidades similares para el despliegue de sus actividades económicas.

Que los consumidores sean protegidos por el Estado para que no sufran la agresión usurera de la banca, casas comerciales y farmacias.

Que los trabajadores tengan derecho a potenciar sus organizaciones sindicales y a la negociación colectiva.

Que todas las regiones tengan los mismos derechos y oportunidades de desarrollo que Santiago.

Que la protección del medio ambiente y los recursos naturales sean componentes fundamentales del desarrollo de Chile.